Además de esto, también me picó la curiosidad por una cita de las eddas que vi en el interior; como es uno de mis textos favoritos, le di una oportunidad. Pasemos a verlo en detalle.
Sinopsis (copiada de la contraportada)
Se cuenta que, cada diez años, durante el equinoccio de primavera, los cinco hombres más ancianos y sabios del pueblo de Embla, como guardianes de su gente y con el fin de asegurar el equilibrio de sus fértiles tierras, se reúnen alrededor del Pozo de la Luna para contemplar el rostro que aparece reflejado en el agua.
Desafortunadamente, en aquella ocasión, fue el de esa pobre niña que se había convertido, sin pedirlo, en el juguete de los Dioses cuyos invisibles tronos se hallaban en las montañas.
Opinión
Una de las cosas que más me han gustado del libro es que aparecen varias historias mitológicas relativamente desconocidas que explican algunos puntos de la historia: los vanir (si alguno ha visto Sobrenatural, esta historia le sonará a aquella del espantapájaros y las parejas jóvenes); el nombre de Embla, que también vi cuando lo hojeé en la librería y me hizo alzar una ceja; historias de Odín y Volüpsa... Una buena ración de mitos, vaya. No se ve mucho, pero, en esta ocasión, creo que están bien gestionadas.
El narrador de la historia es un poco... especial y, aunque aprecio el esfuerzo que supone narrar desde varios puntos de vista, teniendo en cuenta que además es un personaje quien lo hace, creo que queda pelín cojo. Al final de la historia, si uno se para un momento, ve algunas cosas que no acaban de encajar ni con él ni con lo que puede saber. No digo más para no destriparle la historia a nadie.
La edición es bastante bonita: la portada impresiona, la tipografía es bastante grande, el papel es bueno... Vale lo que cuesta. Hay algunos detalles un poco desflecados, pero no asedian durante la lectura, así que los obviaremos.
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