Fichas de lectura

La lectura es una de las actividades más útiles y entretenidas para los escritores. Igual que un médico lee revistas médicas o un programador de videojuegos juega, el escritor debe leer, no sólo para saber qué es lo que hay o ha habido en el mercado, sino también para aprender. Lo que sucede muchas veces es que leemos un montón pero luego, pasado un tiempo, no nos acordamos de casi nada concreto de los libros. Para solucionarlo y que no tengas que repetir lecturas una y otra vez, hoy te proponemos crear fichas de lectura.

¿Qué apuntamos en una ficha de lectura?

No hay una norma: cada uno debe anotar lo que le resulte más últil. Entre los datos que podemos introducir están:
Título y autor: normalmente figurarán en el nombre del documento si es un archivo informático o en la cabecera si es en papel.
Fecha de lectura: podemos anotar sólo la fecha en la que hemos acabado de leer el libro o también cuándo lo empezamos.
Número de páginas: si el libro es de papel, será muy sencillo; si es digital, seguramente obviaremos este paso, sobre todo si tenemos varios lectores o si trabajamos con formatos o aparatos que no paginan (como Kindle o Kobo).
Categoría: podemos introducir tantas como queramos y del estilo que más nos guste. Podemos introducir etiquetas de tema, época, idioma, movimiento artístico... Eso sí, deberíamos ir anotando en un documento aparte las categorías que vamos abriendo para utilizarlas en futuras fichas.
Información sobre el autor: datos biográficos, otras obras...
Información sobre la obra: contexto histórico, importancia, popularidad...
Tema: no debería ser más de una frase y no tiene por qué contener datos concretos. Por ejemplo, «La vida de una niña en la Alemania nazi» sería el tema de El diario de Ana Frank.
Público objetivo: para quién escribió el autor.
Estructura de la obra: ¿esta dividida en capítulos, se compone de cartas, tiene subdivisiones...?
Tiempo interno: ¿cuánto tiempo pasa dentro de la obra? ¿Hay saltos en el tiempo?
Narrador: ¿en qué persona está escrito el libro y desde qué punto de vista?
Sinopsis: puedes utilizar la que proporcione el propio autor o la de la edición en papel.
Resumen: cuenta todo el argumento en el menor espacio posible. Es un buen ejercicio de resumen, sobre todo en novelas muy largas.
Personajes: puedes hacer una lista con una breve descripción de cada uno (no necesariamente física, sino de su papel en la trama y su relación con otros personajes) o algún tipo de esquema en el que se vea claramente cómo se relacionan.
Citas: tal vez ha habido algún fragmento que te haya gustado especialmente; éste es el lugar para anotarlo.
Opinión: ¿qué te ha parecido? ¿Qué te ha gustado y qué no? ¿Lo recomendarías? ¿A quién? (Ojo, esta última pregunta no tiene por qué coincidir con la de público-objetivo. Por ejemplo: el escritor pudo vivir hace décadas o siglos y, evidentemente, no pensaba en un público del siglo XXI; también puede ser que lo hayas encontrado en una edición para niños y tú creas que puede gustarle más a un adulto).
Otros: siempre es útil dejar un «cajón desastre» en tus fichas; puede que haya algo que quieras anotas para lo que no tengas espacio en otras secciones.

¿Cómo ordenamos las fichas de lectura?

Folios sueltos
Podemos diseñar e imprimir varias fichas y guardarlas en una carpeta clasificadora, un archivador, una caja, etc. Puesto que con los papeles no existe el botón mágico de «Buscar», habrá que establecer desde el principio un orden que nos permita recuperar las fichas de manera sencilla y respetarlo siempre. No obstante, siempre habrá alguna desordenada, por lo que de vez en cuando deberíamos revisar todo el fichero y ordenarlo o incluso hacer un inventario e irlo actualizando.

Cuadernos
Ahora mismo hay en el mercado varios modelos de cuadernos de lectura. Algunos son más completos que otros, más grandes, más pequeños... Lo bueno es que las fichas no se pierden; lo malo, que no son infinitos: tarde o temprano tendrás que comprarte otro y entonces la información estará partida. Otra opción es hacértelo tú mismo para poder elegir los datos que quieres anotar, el diseño de los campos y el tamaño de cada uno.

Archivo informático
Hay programas que permiten crear bases de datos y otras formas bastante interesantes de archivar pero, si no los manejas, tampoco hay problema: una simple carpeta con un archivo para cada ficha ordenada por nombre de la obra y su autor será suficiente. En orden no supera demasiado a un sistema en papel (salvo porque aquí sí tienes la tecla mágica de «Buscar» pero puedes hacer tantas copias de seguridad como quieras, modificarlas, enviarlas e incluso, si algún día aprendes algo de bases de datos, ordenarlas de otra manera.

Descargas

Podéis descargar muchos modelos de diferentes de fichas de lectura páginas web de enseñanza o de escritura según lo que queráis o necesitéis anotar. Aquí os dejamos los enlaces a dos que nos han parecido especialmente interesantes:
Literautas: tenéis dos modelos: una para novela y otra para libros de relatos. Lo más interesante es que están en PDF y tienen la mayoría de los campos de los que hemos hablado más alguno de propina.
Moleskine: en realidad es un cuaderno que se vende en papel, pero si entráis en la sección «MyMoleskine» y os registráis, podéis descargaros el diseño de las páginas para imprimir pulsando en «Book Journal».

¿Y tú? ¿Haces fichas de lectura? ¿Cuál usas? Déjalo en la caja de comentarios.

1 comentario:

¿Quieres comentar algo?