Argumento:
La Colmena está ambientada en el invierno del año 1943, en la ciudad de Madrid. A través de los sucesos acaecidos a multitud de personajes se llega a conocer no sólo la situación de la época en la capital española, sino en todo el país, e incluso la exterior en el pasado reciente. La novela describe tres días en la ciudad desde un punto de vista valorativo y presencial.
Estilo:
La obra está dividida en seis capítulos y un epílogo. En cada uno de ellos hay fragmentos de anécdotas que forman parte de la vida de más de trescientos personajes. De ellos, la mayoría pertenece a una clase media-baja, aunque también aparecen algunos personajes muy adinerados y mendigos.
La forma de exponer las anécdotas es valorativa y omnisciente: el narrador cuenta en tercera persona todos los hechos, pero añadiéndoles un extra de crudeza. Los personajes, en general, son caricaturas grotescas de comportamientos y clases sociales, y son expuestos casi con desprecio, muchas veces incluso con la ironía más cruel para criticar una determinada situación o rol social. Podemos ver un ejemplo en estos fragmentos:
Doña Rosa va y viene por entre las mesas del Café, tropezando a losclientes con su tremendo trasero. Doña Rosa dice con frecuencia "leñe"y "nos ha merengao". Para doña Rosa, el mundo es su Café, yalrededor de su Café, todo lo demás. Hay quien dice que a doña Rosale brillan los ojillos cuando viene la primavera y las muchachasempiezan a andar de manga corta. Yo creo que todo eso sonhabladurías: doña Rosa no hubiera soltado jamás un buen amadeo deplata por nada de este mundo. Ni con primavera ni sin ella. A doñaRosa lo que le gusta es arrastrar sus arrobas, sin más ni más, por entrelas mesas. Fuma tabaco de noventa, cuando está a solas, y bebe ojén,buenas copas de ojén, desde que se levanta hasta que se acuesta.Después tose y sonríe. Cuando está de buenas, se sienta en la cocina,en una banqueta baja, y lee novelas y folletines, cuanto mássangrientos, mejor: todo alimenta. Entonces le gasta bromas a la gentey les cuenta el crimen de la calle de Bordadores o el del expreso deAndalucía.
Macario, por dentro, sonríe; por fuera, casi, casi. Macaririo es unsentimental mal alimentado que acaba, por aquellos días, de cumplirlos cuarenta y tres años. Seoane mira vagamente para los clientes delCafé, y no piensa en nada. Seoane es un hombre que prefiere nopensar; lo que quiere es que el dia pase corriendo, lo más deprisaposible, y a otra cosa.
Doña Visi sonrió y empezó a buscar su nombre en la lista. DoñaMontserrat, alta, hombruna, huesuda, desgarbada, bigotuda, algopremiosa en el hablar y miope, se caló los impertinentes.Efectivamente, como aseguraba doña Visi, en la última página de "Elquerubín misionero", aparecía su nombre y el de sus tres hijas."Doña Visitación Leclerc de Moisés, por bautizar dos chinitos con losnombres de Ignacio y Francisco Javier, 10 pesetas. La señorita JulitaMoisés Leclerc, por bautizar un chinito con el nombre de Ventura, 5pesetas. La señorita Visitación Moisés Leclerc, por bautizar un chinitocon el nombre de Manuel, 5 pesetas. La señorita Esperanza MoisésLeclerc, por bautizar un chinito con el nombre de Agustín, 5 pesetas."—¿Eh? ¿Qué te parece?Doña Montserrat asiente, obsequiosa.—Pues que muy bien me parece a mi todo esto, pero que muy bien.¡Hay que hacer tanta labor! Asusta pensar los millones de infieles quehay todavía que convertir. Los países de los infieles, deben estar llenoscomo hormigueros.—¡Ya lo creo! ¡Con lo monos que son los chinitos chiquitines! Sinosotras no nos privásemos de alguna cosilla, se iban todos al limbo decabeza. A pesar de nuestros pobres esfuerzos, el limbo tiene que estarabarrotado de chinos, ¿no cree usted?
En toda la novela destaca el uso de los diálogos y las descripciones en tercera persona. Todos los personajes principales cuentan con un párrafo más o menos largo que les describe.
Las relaciones entre los personajes no son patentes desde el primer momento, sino que se van descubriendo poco a poco, y si se hiciera un estudio detallado, se podría conformar una red cerrada. Todos los personajes que aparecen están relacionados por lo menos en tercer grado (a través de dos personas).
Contexto social
- La guerra civil
Durante la novela se hacen varias alusiones a la guerra civil. La mayoría de las veces se dice de ella que fue una barbaridad, y no faltan tampoco en las familias de casi todos los personajes algunos muertos o emigrados por esa causa.
El guardia nocturno, por ejemplo, es gallego, y vivía bien hasta que, cuando empezó la guerra, le llamaron a quintas. Allí le dieron un tiro, y, a pesar de sus secuelas, le obligan a seguir luchando. Tiempo después, acabada ya la guerra, se trasladó a Madrid para encontrar trabajo. Éste personaje recuerda el horror de la guerra, la cantidad de muertos y heridos, aunque no habla de ello. De hecho, nadie lo hace.
Una de las principales consecuencias patentes es la desconfianza entre los ciudadanos. Aquellos que se salen un poco de la norma siguen teniendo cierto miedo a que les delaten y les detengan, como durante la guerra civil, por lo que reina un clima de desconfianza.
- La situación exterior
Los madrileños recibían información de la situación en Europa por medio de los periódicos y la radio. En varias ocasiones aparecen referencias a Alemania como algo de lo que había que estar pendiente, e incluso se dice de los alemanes que son unos caballeros como Dios manda. Su mala situación en el momento no gusta a los madrileños, que empiezan a intuir que algo no va bien. Hasta se llega a comparar a Hitler con el Papa.
De los italianos se dice que tienen miedo a los alemanes, y que los alemanes no deberían haberse fiado de ellos.
Al final se cita una conferencia entre Roosevelt, Stalin y Churchill que no hace sino aumentar la inquietud de los madrileños.
Pero de todas formas la mayoría de las opiniones al respecto son que no hay de qué preocuparse mientras esos conflictos externos no entren en España, que mientras se esté tranquilo (como se dice que se está) en España, lo demás da igual.
- Clases sociales
En la sociedad madrileña hay tres clases principales:
Los ricos (burgueses o antiguos nobles) son gente que impresiona al resto y que hace alarde de sus posesiones, ya sea invirtiendo en productos de lujo o en obras de caridad. Algunos tienen alguna empresa, pero la mayoría no trabaja, sino que se dedica a la vida social de los Cafés, el cine, y a tener amantes a las que engatusan con regalos caros y luego dejan. En general estas personas son muy envidiadas por el resto de la sociedad, y todos querrían ser como ellos. Son los que acceden a puestos de Notarías, puestos de orgullo, aunque no sin cierta dificultad, porque, acostumbrados a la ciudad y un poco deslumbrados por la imagen del progreso, sólo quieren puestos en Madrid y Barcelona. Estos eran los únicos que podían permitirse presentarse repetidamente a esos exámenes.
La clase media es la de los medianos empresarios, como Doña Rosa o Ramón, que han salido adelante con esfuerzo y buena suerte. No tienen tanto dinero, pero les llega para vivir bien aunque tengan a veces sus momentos de debilidad económica. Algunos representantes de esta clase luchan por mantenerse en ella, como el matrimonio que vive en un pisito en el centro con cinco niños, en el que ambos trabajan todo lo que pueden por sueldos bajos que a penas les dan para mantener a la familia.
Los pobres son muchos, y sus situaciones son muy distintas, como se trata en el siguiente apartado.
- La pobreza
Ya sea manifiesta o encubierta, aparece por todas partes. Están, por ejemplo, el gitanillo que canta a la puerta del Café y duerme debajo de un puente con sólo seis años; Martín, que a pesar de ser escritor, tiene sus rachas y llega a ser echado de un café por no poder pagar; Elvira, que pertenece a la clase alta pero sólo puede permitirse cenar unas castañas que compra en la calle, la viuda de Cortés López, que tiene que subsistir alquilando habitaciones de su casa, la castañera, el limpiabotas al que un señor con dinero ha arruinado, la vendedora de lotería...
La tuberculosis era una enfermedad bastante extendida en España. De hecho aparecen varios casos, como el del novio de Julita, que, por no tener dinero para las medicinas que la curan, padece la enfermedad. Esto muestra que se conocía que tenía cura o al menos existían los mecanismos para paralizarla y permitir llevar al enfermo una vida más o menos normal, pero que mucha gente no contaba con los recursos necesarios para conseguirlos. En concreto, en una frase del libro se dice que, en un Café, el 10% pueden estar enfermos.
La mendicidad también aparece varias veces, como el caso de la gitanilla con el niño en brazos. También hay otras personas que recurren a los pequeños hurtos y a los estraperlos, aunque saben que pueden ser detenidas en cualquier momento.
Estas personas en general se concentran en barrios pobres, y han llegado a su situación de distintas formas, aunque todos sufren hambre, malnutrición y enfermedades como la sarna, la tuberculosis y la peste.
La actitud de los adinerados frente a esto es de falsa caridad e incluso de morbo: muchas veces visitan las barriadas pobres sólo para ver cómo sufren otros y alegrarse de su superioridad en esta materia.
-Notas:
Esta obra fue escrita por Camilo José Cela en Argentina en 1951, aunque no consiguió que se publicara en España hasta 1963, ya que fue considerada una provocación a la sociedad del momento, que no había cambiado mucho desde el año en el que se ambienta la novela.
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