El binomio fantástico

Os presento aquí un método ideado por Gianni Rodari que puede ayudaros para despertar la imaginación dormida y empezar a llenar folios con palabras que salgan directamente de vuestro subconsciente, una fuente inagotable de inspiración.
Lo primero que necesitáis es un papel y un lápiz o bolígrafo (o pluma, con lo que os sintáis más cómodos). Es importante, como dije en una entrada anterior, que el papel sea un soporte que estéis dispuestos a ensuciar, porque en cuanto empecéis la tormenta se cernerá sobre le papel, y seguramente no de una forma demasiado estética.
Una vez que tenemos los materiales, sólo nos hace falta la chispa que comience el fuego. Para ello sólo necesitaremos dos palabras. ¿Cómo conseguirlas? Hay varios métodos:
- Escribir las dos primeras palabras que se te ocurran
- Abrir el diccionario al azar dos veces y seleccionar dos palabras con los ojos cerrados (señalándolas con el dedo)
- Si hay gente hablando a tu alrededor, cazar dos palabras que les oigas
- Mezclas de todos estos métodos u otros que se te puedan ocurrir
Una vez que tienes esas dos palabras, sólo te queda intentar relacionarlas para que compartan una historia. Lo mejor es que esas palabras sean verbos, adjetivos o sustantivos, y que no aparezcan normalmente juntos. Es decir, si tienes "cinturón" y "piel", te costará más dejar volar la imaginación que si tienes las palabras "pollito" y "teléfono".
Muy importante: una vez que tienes tus dos palabras, comienza pensando en cómo relacionarlas y escribe todas las ideas que tengas, pon preposiciones entre ellas (el teléfono del pollo, teléfono de pollo, teléfono con pollo...), idea personajes (un pollo-teléfono, un pollo que tiene un teléfono, un teléfono con un pollito atrapado dentro...) y después poco a poco irás despegando. Se te irán ocurriendo más cosas que combinar con esas palabras (o sólo con una de ellas). Si llega un momento en que te has salido de esas palabras del principio, no te detengas. Sigue escribiendo ideas. Por ejemplo, el teléfono me recuerda a un día de lluvia, y puedo pensar en un pollito bajo la lluvia, en que llueven pollitos... o en una granja de teléfonos, si me alejo del animal.
Esta técnica es muy útil para escribir poemas surrealistas o relatos fantásticos, e incluso metafóricos. El binomio no es una pauta, sino una forma de activar la imaginación. De hecho, es posible que después de darle muchas vueltas a tus dos palabras, acabes escribiendo una historia sobre una chica bajo la lluvia con un abrigo amarillo, o que te surjan ideas para muchos relatos, o incluso, si escribes novela, para algún personaje o escenario.
Espero que os sea de utilidad. Si tenéis algún binomio que os ha ayudado a crear muchas historias (éste del pollito es uno que a mí me ha sacado muchos argumentos y personajes), compartidlo y mostradnos a dónde os ha llevado vuestra imaginación.
Buena escritura
Recurso sacado de Gramática de la fantasía. El arte de inventar historias, de Gianni Rodari

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