En la primera parte de este artículo vimos las dos formas de relato autobiográfico que puede hacer el propio protagonista de las acciones: el diario y la autobiografía. Hoy nos ocuparemos de las biografías, los relatos autobiográficos escritos por terceras personas. Para explicar todos los planos de una buena biografía, tendremos que responder primero a estas preguntas.
¿Quién?
Es evidente que una biografía debe tener como centro la vida de una persona en concreto. ¿Cuál elegimos? Normalmente será más fácil afrontar todo este proceso si el personaje sobre el que tratamos nos gusta o ha tenido alguna relación con nuestra vida. Por ese motivo, las biografías suelen escribirlas familiares, personas cercanas o expertos en algún aspecto de la vida del protagonista.
¿Por qué?
Antes de lanzarnos a escribir una biografía, es importante pensar por qué escribimos esa biografía: ¿es para alabar su vida? ¿para dar a conocer su trabajo? ¿para denunciar alguna situación en la que vivió? La respuesta a esta pregunta fijará nuestro enfoque y nos ayudará a ver el "qué" que buscamos.
¿Qué?
Todo el mundo atraviesa distintas fases en su vida y tiene experiencias de todo tipo, pero no todo vale para una biografía. Si ya tenemos claro cuál es el objetivo de nuestra obra, es el turno de elegir qué aspectos de la vida de nuestra protagonista son más interesantes para alcanzarlo. Por ejemplo, si queremos hacer la biografía de un físico, seguramente nos interese más todo lo que tenga que ver con cómo nació su afición por la ciencia, sus estudios y su vida profesional; si, en cambio, tratamos con un refugiado de guerra, nos centraremos en todo lo que pasó antes y durante su cautiverio: si pretendemos difamar probablemente sacaremos todos los trapos sucios desde su más tierna infancia, etc.
¿Cómo?
Ya sabemos cuál es el objetivo y qué herramientas tenemos para conseguirlo, así que es hora de organizarlo todo y darle una estructura apropiada. Lo bueno de la biografía es que admite muchas formas. Aquí os proponemos dos de las más utilizadas:
-Novela: es quizá la más utilizada. En ella, nuestro biografiado se convierte en el personaje central de una trama con un planteamiento, un desenlace y un final. Es especialmente apropiada para el relato de experiencias vitales, y admite algo de ficción: si hay algo que el protagonista pensaba hacer pero que en realidad no le contó a nadie, podemos introducir un personaje ficticio que fuera su confidente, o exponerlo como si lo hubiera escrito en una carta para algún pariente lejano.
-Entrevista: el orden de estas biografías suele ser más temático que temporal, y es especialmente interesante cuando el texto no es muy largo pero tiene una gran complejidad. La estructura de pregunta-respuesta puede ayudar al lector a acercarse a temas políticos, por ejemplo, o a situaciones muy imbricadas en las que el periodista que pregunta se convierte en su cómplice, porque hace las preguntas que él mismo quisiera hacer. Este tipo de obra exige una gran planificación y mucha pericia para unir preguntas y respuestas sin que el libro parezca un mero formulario.
¿Cuándo? Proceso de documentación
Ésta pregunta se refiere al momento de la vida del personaje en cuestión mientras escribimos la obra.
Si el biografiado está vivo, él mismo podrá ayudarnos tanto con la planificación como con los datos que necesitemos para escribir, pero también seremos más esclavos: difícilmente podremos publicar los episodios que él no quiera contarnos, podremos incluir menos ficción y siempre correremos el riesgo de que nos mienta. Además, puesto que su vida no ha acabado, nuestra biografía no será completa, y nos arriesgamos a que, si nuestro biografiado cae de repente en desgracia, nuestra obra se hunda con él.Si, por el contrario, esta muerto, seremos mucho más libres para elegir el tipo de biografía que queremos escribir y podremos encontrar información más fiable. Además, si no hace mucho que ha fallecido, siempre podemos contar con la ayuda de sus familiares y amigos, que, aunque a lo mejor nos corten un poco las alas o nos ofrezcan datos sesgados, siempre son más, y podremos contrastar más la información. Lo malo de estos personajes es que probablemente ya haya alguna biografía en el mercado, y tendremos que ser originales para ganarnos la atención de los lectores.
La fecha de publicación
Puede parecer una tontería, pero las biografías son especialmente sensibles a la fecha de publicación que se elija para ellas. Hay miles de personajes interesantes en la historia, y muchos de ellos ya tienen biografías. Si queremos que la nuestra destaque, lo primero es ofrecer algo nuevo (que ya hemos cubierto durante la planificación y la escritura), y lo segundo elegir una buena fecha para darle publicidad: el aniversario de su nacimiento, del Premio Nobel que recibió, de su coronación... Si por lo que sea tu personaje no tiene una fecha en el calendario o no encuentras ninguna que te satisfaga, siempre puedes valerte de las fechas típicas de lanzamiento de libros: Navidad, la Feria del Libro, el día de la Madre, etc.
¿Y tú? ¿A qué persona le escribirías una biografía? ¡No te olvides de escribirlo en la caja de comentarios!
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